sábado, 22 de marzo de 2008

EL TREN ESTABA A PUNTO DE SALIR

El tren estaba a punto de salir y nuestras manos casi se rozaban.

Pensé en decir todo lo que tan tenazmente guardé...pensé en confesar mi dolor, derribar mi fingida firmeza, no había nada que temer, ya todo estaba perdido pero pretendía tal vez dejar un recuerdo, no ser presa fácil del olvido.

Había aguantado mucho tiempo manteniendo el secreto icluso a mi misma negando evidencias y disimlando ante el espejo. Quizás nunca más lo viera, quizás era la última oportunidad para entrar en su vida, para permanecer en sus días, pensé cómo grabar mi nombre en su memoria.

Él esperaba ver abrir mis labios, parecía mendigar una frase consoladora, una promesa de un futuro posible... entonces subí al tren prefiriendo callar porque sabía que el silencio es más difícil de olvidar que las palabras.

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